Umbrella Chronicles - RPD Secret Documents - BSAA Desktop - Confidential Reports

Jan 6, 2010

2. CÓDIGO: Veronica

1968-1971

Érase un Rey gentil, pero ingenuo
que a una Reina despreciable desposó .
Amado fue el Rey, mas
no la Reina, a la que siempre se temió.

Ella tenía un secreto, guardado del Rey
de quien para sí misma quería el trono.
Pero el Rey lo ignoraba,
porque a sus ojos,
tan buena era ella como lo era el oro.

Hasta que un día, viniendo el Rey por su corte,
una flecha le atravesó el corazón .
Así perdió la vida,
y la dama a la que amó.


En 1968, poco antes de la fundación de Umbrella, Sir Edward Ashford falleció en circunstancias misteriosas al contraer el virus Progenitor durante un experimento. Le sucedió su hijo, Alexander, como sexto cabeza del linaje de los Ashford, y con él terminó la edad dorada de la familia. Tales días se remontan a la época victoriana, cuando Veronica Ashford trajo con su belleza e inteligencia prodigiosas la gloria y la distinción al apellido Ashford, una familia aristocrática recién llegada al Nuevo Mundo. Pasó por encima de las restricciones de su época por el hecho de ser mujer y se ilustró tanto cuanto quiso, llegando a hablar una decena de lenguas con tan sólo diez años; su gracia en sociedad, lógica en el pensamiento e interés por la ciencia le granjearon seguidores sin el menor esfuerzo y pronto obtuvo descendencia, asegurando así el futuro de la familia. Se sucedieron las generaciones, y en la quinta, Sir Edward, su tataranieto, alcanzó el punto más alto en la fama de una familia que con el tiempo se había hecho sumamente poderosa. El descubrimiento de la flor Sonnentrepe, el virus madre, la fundación de Umbrella... Y entonces, una muerte repentina, que dejó a Alexander, su hijo, solo para mantener las riendas de la dinastía.



En una sola generación, sobrevino la ruina para los Ashford. La competencia en el campo de la investigación del virus sometió a Alexander a una presión constante, y a pesar de ser un científico especializado en la genética, no supo dar la talla. La muerte de Edward había sido un golpe duro y fue incapaz de seguir el ritmo, de modo que tuvo que vender las acciones de su padre sobre la compañía al rival de su familia, Lord Spencer.

MEMORÁNDUM DE ALEXANDER

En adelante, y aunque los Ashford siguieran ejerciendo cierto poder en Umbrella, la multinacional quedaría casi por entero en manos del aristócrata y su consejo ejecutivo. Spencer, por su parte, continuó con sus proyectos de expansión y levantó el siguiente instituto a pocas millas de la mansión en Arklay; se trataba de un Centro de Formación para futuros directivos de la compañía, al cargo del cual decidió poner a su amigo, el doctor James Marcus. Pero éste no vio con buenos ojos que le retuviese por la fuerza de su trabajo, que le exigía volver a África para recoger nuevas muestras de Sonnentrepe, ya que habían descubierto que no se podía cultivar fuera de su recinto natural en el Jardín del Sol. A Marcus, como virólogo, sólo le preocupaba el trabajo de campo, mientras que Spencer tenía las miras fijas en su compañía. La relación entre ambos se deterioró a partir de este momento.

DIARIO DEL INVESTIGADOR JEFE BRANDON

En efecto, Marcus conocía la ambición de Spencer; sabía que, con los Ashford fuera de juego, ansiaba hacerse con el control total sobre Umbrella y la investigación del virus, y que, tarde o temprano, acabaría por excluirle. Brandon Bailey, su más aventajado discípulo, que había tomado parte en el descubrimiento original, se quedó como director de la instalación de África –finalizada un año más tarde, en 1969– y su repulsa común por Spencer los mantuvo en constante cooperación. Gracias a las muestras que Bailey le hacía llegar, Marcus aceleró su investigación del virus, y al ritmo que Umbrella crecía, iba pensando en asegurar su posición dentro de la compañía.



Mientras tanto, en el otro hemisferio, Alexander Ashford completó la secreta construcción de unas instalaciones en una vieja mina que poseía en la Antártida y dio comienzo a lo que, esperaba, devolvería a su familia la gloria arrebatada: el proyecto "CÓDIGO: Veronica".

MEMORÁNDUM DE ALEXANDER

La idea le vino tras años de trabajo en el campo de la genética y conseguir lo que ningún otro genetista del momento: identificar el elemento hereditario que transmitía la inteligencia. En esencia, su ambicioso plan consistía en revivir a la matriarca de su linaje, Veronica Ashford, a través de un vástago prediseñado. Se valió de la momia de Veronica -sepultada en su residencia europea- para extraer la muestra de un gen suyo y manipular el valor absoluto relativo a la inteligencia, y luego de utilizar su propio esperma, lo implantó en el óvulo fertilizado de una madre de alquiler. Dos años más tarde, en 1971, su retorcido proyecto demostró ser un acierto; pero lo que no esperaba era que nacieran gemelos, un niño y una niña. Mientras el niño, aún siendo poseedor de una inteligencia superior a la media, no cumplía con los requisitos, la niña era justamente lo que esperaba: una reproducción fiel de la genialidad de su antepasado. En adelante, toda su confianza la depositaría en ella, de quien esperaba cautivado que elevara el nombre de los Ashford como en tiempos de Sir Edward. Al niño lo llamó Alfred, y a la niña, Alexia.

INFORME "CLAVE: VERONICA"


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