Umbrella Chronicles - RPD Secret Documents - BSAA Desktop - Confidential Reports

Jan 13, 2010

1. "Un brillante siglo XXI para Raccoon City"

1963-1996

Cuando las hordas incontables de no muertos sitiaron el último bastión de la libertad de la ciudad, llegó la hora de la decisión definitiva...

Raccoon City era una ciudad del medio-oeste americano, sumergida en una cuenca envuelta por las Montañas Arklay, en un entorno lleno de vida. Al norte, se abría un bosque inmenso y profundo que daba nombre a la localidad, lleno de ríos y lagos admirados por su belleza. Al sur, se extendían llanuras como las que sólo pueden verse en el subcontinente norteamericano, con largas carreteras que se perdían hacia otros estados. No pasó de ser una pequeña y tranquila población hasta la década de los '60, con la llegada de Michael Warren, un experto en electricidad e ingeniería. Warren promovió un saneamiento general de la infraestructura, potenciando la industria, renovando los tendidos y, en 1968, asesorando en la instalación de un tranvía eléctrico importado desde Europa. Elaboró un plan para el sistema de transporte de la ciudad que, además del tranvía, incluía una pequeña red de metro y un servicio de autobuses local. Los habitantes de Raccoon aplaudieron sus distinguidos servicios a la comunidad, y a partir de entonces, Warren empezó a desarrollar ciertos intereses administrativos y de corte político. Sus lazos con la compañía farmacéutica Umbrella, que había construido varias instalaciones en torno a la localidad, fueron haciéndose fuertes a medida que ésta financiaba sus proyectos, y la ciudad creció más allá de lo previsto gracias a la estrecha colaboración entre ambos.



Esta larga amistad financió, en 1987, la campaña electoral con la cual Warren se presentó como alcalde, y en última instancia, garantizó su investidura. Raccoon City había dejado de ser una pequeña localidad del medio-oeste y ahora era un núcleo moderno e industrializado, con una buena tasa de empleo sostenida por la poderosa multinacional Umbrella, que daba trabajo a más de un tercio de la población. Amparado por su reputación y experiencia, Michael Warren fue acogido con calidez por sus ciudadanos y continuó con sus proyectos de expansión y mejora para regocijo de sus votantes. No había quien no pensara que en sus manos y en las de Umbrella descansaba la prosperidad de Raccoon City.

FOLLETO DE LA CIUDAD

Junto con su candidatura, Warren presentó a un colega suyo, Brian Irons, para el puesto de comisario jefe del Departamento de Policía de Raccoon (R.P.D., Raccoon Police Department), con la promesa de evitar que el crimen llegara a la ciudad por medio de su propio desarrollo. Irons, que tenía más de burócrata que de criminalista, tomó las riendas con manos capaces, dispuestas a todo, y gracias a los fondos invertidos por Umbrella pudo mejorar su infraestructura. En la década de los '90, compró y restauró el viejo edificio del museo de arte de la ciudad para trasladar allí su comisaría, so pretexto de que gozaba de una excelente situación céntrica. Su obsesión por el arte era más que conocida, pero lo cierto es que la nueva comisaría manifestó con diferencia un mejor funcionamiento que la antigua. El reducido Departamento de Policía de Raccoon City no tenía nada que envidiar al de otras ciudades mayores.



Para el puesto de subcomisario, el jefe Irons eligió a Raymond Douglas, un policía veterano, querido entre sus hombres y en la ciudad, y con ello se ganó el acuerdo de simpatizantes y detractores. El cuerpo de policía se había convertido en el orgullo de sus ciudadanos, permitiendo a la administración Warren anclarse durante los siguientes tres mandatos. Con ella, la influencia de Umbrella en la ciudad no dejaba de crecer; salud pública, servicios sociales, oficinas, clínicas, obras de mantenimiento... Al ritmo que la ciudad se expandía, Umbrella invertía en todo. Había llegado hasta el punto de ganar mayor influencia que el propio gobierno municipal, y a todos los efectos, Raccoon City estaba en sus manos. En torno a 1991, la multinacional tomó propiedad de una fábrica abandonada, al otro lado del parque de la ciudad, e inició la construcción de un complejo a las afueras para potenciar la investigación farmacológica. Incluso los medios de comunicación, en caso de que tuvieran motivos, habrían tenido difícil alzar la voz en contra de Umbrella.



Y llegó el año 1996, el más significativo hasta entonces para esta remota ciudad. Michael Warren dio a conocer su proyecto más ambicioso, uno de enormes proporciones al que llamó "Un brillante siglo XXI para Raccoon City". Los objetivos concernían desde la sanidad a la seguridad ciudadana: la construcción de un hospital, la ampliación del alcantarillado, la restauración del ayuntamiento, una mayor preocupación general por el medio ambiente, y la adhesión de un equipo de fuerzas especiales al Departamento de Policía. Todo esto con una generosa financiación del 50% por parte de Umbrella; un gesto que no olvidarían los ciudadanos.

GUÍA DE LA CIUDAD

La nueva inclusión del R.P.D. era el Servicio de Rescate y Tácticas Especiales, más conocido como S.T.A.R.S. (Special Tactics and Rescue Service), una unidad de elite formada por policías, militares y civiles -expertos en sus respecivos campos- que Umbrella había diseñado para implementar en las comisarías de aquellas ciudades donde destacara su presencia. La razón era disponer de una respuesta inmediata a la creciente actividad terrorista en contra de la compañía, así como a los golpes perpetrados por el crimen organizado y cualquier otra tarea cuya magnitud sobrepasara a la policía local. Los S.T.A.R.S. de Raccoon City fueron posiblemente los primeros en aparecer y se compusieron de acuerdo con el modelo SWAT, dos equipos de seis efectivos en cada uno: un líder táctico, un piloto, un experto en combate, otro en comunicaciones, otro en armas y un médico. Gracias a los fondos aportados por Umbrella y otras compañías locales, los S.T.A.R.S. dispusieron del mejor equipamiento y pronto estuvieron listos para entrar en acción.

RECORTE DE PERIÓDICO


Jan 12, 2010

Notas sobre los "Documentos Secretos del RPD"




"Documentos Secretos del RPD" es la narración de los hechos relativos al Departamento de Policía de Raccoon City, excluyendo aquellos arcos argumentales que no lo atañen directamente o están fuera de su línea tempral. Tiene por figuras centrales a los miembros supervivientes del equipo S.T.A.R.S. -Rebecca, Chris, Jill y Barry- y cuenta su lucha contra los horrores de la corporación Umbrella desde el incidente de la mansión hasta la destrucción final de Raccoon City. Es el punto de partida de estas historias.

* * * * *
"Los S.T.A.R.S. están acabados. ¡Hay un traidor entre nosotros! Todo estaba preparado desde el principio por Umbrella…"
Enrico Marini
ÍNDICE
  1. "Un brillante siglo XXI para Raccoon City"
  2. El equipo S.T.A.R.S.
  3. Extraños asesinatos
  4. Pesadilla
  5. Silencio mortal
  6. La investigación interna y las acciones de Chris
  7. Epidemia
  8. La ciudad de la ruina
  9. Tiempos desesperados
  10. La última escapatoria

  11. Epílogo. "No acabaré esto como si fuera un sueño"
* * * * *

En la cronología, abarca eventos cuadrados entre 1963 y 1998. Los episodios que -exceptuando los capítulos 1, 2 y 5- compreden activamente estos Documentos, son los siguientes:
  • biohazard 0
  • biohazard
  • biohazard Deadly Silence
  • biohazard Genesis
  • biohazard 2
  • biohazard 3
  • biohazard Uprising
  • biohazard Outbreak
  • biohazard Confidential Report
  • biohazard CODE Veronica X
  • biohazard THE UMBRELLA CHRONICLES
  • biohazard THE DARKSIDE CHRONICLES

Jan 11, 2010

7. Catálisis

1994-1996
"Amenaza biológica".
El brote se produjo en el verano de 1998. Comenzó en Raccoon City, ciudad
del centro de los Estados Unidos, y sembró el infierno en todo el mundo.
Albert Wesker

Desde el descubrimiento de la flor Sonnentrepe, primero el mundo de unos pocos y luego el de todos, cambiaron para siempre. Umbrella tenía un poder equiparable al de un gobierno de cualquier país avanzado, y las investigaciones sobre los distintos tipos de virus y su aplicación en la guerra biológica no había dejado de potenciarse con formidables descubrimientos. Una vez estuvo finalizada la construcción del laboratorio subterráneo a las afueras de Raccoon City, el doctor William Birkin se trasladó con todo su trabajo sobre el poderoso virus G. Las nuevas instalaciones se distribuían en una colmena de varios niveles y contaban con la más alta tecnología de la que era poseedora la corporación. Spencer había cumplido su promesa y había diseñado para él el entorno perfecto de trabajo. Siete años atrás, durante su investigación en Arklay, William se había casado con una compañera de trabajo, Annette, y juntos habían tenido a una hija llamada Sherry. Cuando William transfirió sus hallazgos y estudios sobre 'G' al laboratorio subterráneo, Annette, que formaba parte de la investigación original, se marchó con él y la pequeña Sherry creció prácticamente sola en una de las vecindades de Raccoon City, donde Umbrella alojaba a sus empleados. El trabajo había absorbido hasta tal punto a sus padres que cada vez se fue desvinculando más de ellos, hasta que apenas quedaron ascuas de la lumbre familiar.



Para la fecha, William Birkin se había convertido en el científico de mayor renombre dentro de Umbrella, y su investigación sobre el virus G, en una de las más ambiciadas y secretas. El marchito recuerdo de Alexia se desvanecía en el olvido ante su fama, y su orgullo se encubraba a medida que le llegaban noticias del declive irremediable de la familia Ashford, que tanto le había obsesionado años atrás.

NOTA DE UMBRELLA

Para sustituir al doctor Birkin como investigador jefe en el Complejo de Arklay, la sede de Umbrella en Chicago envió a John, un científico de dotes excepcionales, pero con una naturaleza demasiado normal para las investigaciones que allí se conducían. A pesar de estar al cargo del desarrollo de las B.O.W., ponía en duda la crueldad innecesaria de algunos de los experimentos y rechazó participar en varios de ellos. Aquello causó un gran revuelo hasta en el Departamento de Información, y provocó el disgusto de los altos rangos de Umbrella, que no toleraban voces en contra de su política. Al final, la opinión generalizada era que si ciertos contenidos clasificados se llegaban a filtrar, todos le señalarían como culpable ante la amenaza siempre presente de los agentes homicidas de Monitor. Por fortuna para él, la llegada de una nueva investigadora al grupo de Arklay -una mujer asiática, presuntamente enviada por la sede de Chicago- le relajó y salvó del aislamiento total en su entorno de trabajo. Al igual que a William le ocurrió con Annette, el compañerismo y la cercanía llevaron a John a enamorarse de ella, y como fue correspondido, fraguaron un noviazgo en los sombríos laboratorios de la mansión. Aquella mujer se llamaba Ada.



Era una farsante profesional, una espía enviada por una organización rival de Umbrella para hacer averiguaciones sobre la investigación del virus T. Pero John lo ignoraba, y a través de él, su salvadora pudo acceder sin que lo notara a los objetivos de su misión. Un tiempo después, desapareció con el pretexto de regresar a la central de Chicago, y John volvió a verse envuelto por la soledad y la siniestrez de los laboratorios de la mansión, con el único consuelo del amor de ambos en el que todavía creía.

En 1995, durante el mes de julio, Albert Wesker y William Birkin visitaron por última vez el Complejo de Arklay. A lo largo de trece años, sus carreras se habían desarrollado de foma paralela en aquel lugar; pero ahora, cada uno seguía un camino diferente. El motivo de la reunión era una orden directa recibida desde arriba. Tenían que deshacerse de "ella", porque se había vuelto peligrosa. ;Desde que en 1991 le suministraron el parásito Némesis, "ella" había recuperado cierta inteligencia y su comportamiento se había vuelto inquietante y extraño, tal y como manifestaba, según los registros, tras las primeras inyecciones del virus Progenitor tres décadas atrás. Este cambio en el comportamiento se traducía en arrancar la piel de la cara a otras mujeres y ponérselas sobre la suya propia, horriblemente desfigurada. Había hecho falta la muerte de tres investigadoras para que se tomara una decisión al respecto. "Ella" ya no era útil siquiera para la investigación del virus G que había engendrado, y dado que originalmente estaba bajo la custodia de Wesker y Birkin, a ellos se les encargó su eliminación.

EXTRACTO DEL INFORME WESKER SOBRE "ELLA"

Tras repetidas confirmaciones de la pérdida de signos vitales en un plazo de tres días, su cuerpo fue trasladado a un lugar remoto de las profundidades de la mansión. "Ella" había dejado de existir y su identidad seguía siendo un misterio, como la de cualquiera de los otros sujetos de investigación; sin embargo, "ella" se distinguía de los otros porque había jugado un papel clave en el futuro de Umbrella. Sin el descubrimiento de 'G' en su organismo, las cosas habrían sido diferentes para todos; especialmente para Birkin y Wesker. En el momento de dejar la mansión de Arklay, Wesker volvió a preguntarse, una vez más, qué pretendía Spencer con todo aquello. Y estaba dispuesto a averiguarlo.

DIARIO PERSONAL



1996 fue un año clave para la población vecina de Raccoon City. A fin de asentar su buena imagen corporativa, Umbrella financió un ambicioso plan de la alcaldía para ampliar la infraestructura, combatir el crimen y proteger el medio ambiente. Dentro de este plan, se encontraba la fundación de un equipo de elite para el Departamento de Policía de Raccoon, los S.T.A.R.S. (Special Tactics and Rescue Service), para el cual Umbrella donó el 50% de los fondos, y con ello, se ganó la confianza de la gente.

RECORTE DE PERIÓDICO

Claro que todo era una mascarada en beneficio propio; incluidos los S.T.A.R.S., cuya existencia no sólo se limitaba a Raccoon City sino que eran parte de un proyecto mayor para controlar desde dentro las fuerzas del orden en las ciudades donde la corporación ejerciera una posición dominante. Los motivos de combatir el terrorismo y el crimen organizado no eran más que una excusa tramada por el Departamento de Información para infiltrar a sus hombres, de modo que cada unidad S.T.A.R.S. tuviera un agente doble entre sus filas. La de Raccoon City -protagonista de los eventos que se desarrollarían en adelante- contó con un hombre sin escrúpulos como fundador y capitán; un hombre que se abriría paso para alcanzar la verdad tras los incidentes de amenaza biológica. El hombre que estuvo en esta historia desde su principio: Albert Wesker.


Jan 10, 2010

6. Los mercenarios

1993
Estos soldados han perdido la cabeza.
Han olvidado lo que es el miedo y la supervivencia.
Es hora de que recuerden...

En 1993, un accidente provocó la alarma en la cadena de mando de la corporación; se produjo en la Planta 57, en un pueblo del África occidental, donde escaparon varias B.O.W. de experimentación acabando con la vida de un buen número de trabajadores. Inmediatamente, se declaró una situación de emergencia y fueron enviadas las fuerzas especiales para erradicar toda prueba de lo que había ocurrido; esto incluía el asesinato de los adultos del pueblo, a fin de no dejar testigos. Los soldados cumplieron con su cometido, el gobierno ignoró la masacre, y muy pronto, el incidente quedó envuelto en humo. Pero los altos mandos de Umbrella previeron que éste podría ser sólo el primero de una cadena de incidentes similares, de modo que invirtieron fondos para formalizar su ejército privado. El propio fundador, Lord Spencer, nombró al coronel Sergei Vladimir -con quien había trabado amistad en estos años- "Capitán de la Guardia", otorgándole el mando de las milicias de su compañía a cambio de un juramento de lealtad ineludible. Bajo el ala de Sergei, se fundó el Servicio de Respuesta a Peligros Biológicos (U.B.C.S., Umbrella Biohazard Countermeasure Service), consolidándose así el ejército privado de Umbrella. Fácilmente podría decirse que emulaba el ejército de cualquier país: sus unidades se dividían en pelotones, y estos a su vez en escuadrones de una docena de efectivos, cada uno con su rango y posibilidad de ser promocionado. Sus filas fueron engrosándose con viejos perros de la guerra, mercenarios de países comunistas y sólida formación militar, de entre los cuales el coronel Vladimir escogió a un compatriota moscovita como mano derecha; uno al que ya conocía de luchas pasadas.



Le apodaban "Zorro Gris", pero su nombre era Nicholai Ginovaef. Antiguo miembro del Spetsnaz, Nicholai era la clase de hombre con sangre fría que Sergei necesitaba para mover los hilos del órgano de vigilancia de la compañía: Monitor, un servicio de inteligencia y espionaje interno de alto secreto -paralelo al de contraespionaje, que era el Departamento de Información donde Albert Wesker trabajaba. La admisión en Monitor requería, en primer lugar, una total carencia de escrúpulos y Nicholai cumplía con el perfil. Los agentes se hacían pasar por empleados normales de la compañía para desempeñar cometidos de espionaje, destrucción de pruebas o incluso asesinato, sin importar cuán profunda fuera la traición; eran los "Supervisores" -también llamados "Observadores" o "Monitores"-, los alfiles del Capitán de la Guardia. El resto de los mercenarios del U.B.C.S. cumplían como meros peones, estafermos para las B.O.W. y actores para satisfacer la conciencia de la empresa. Representaban la imagen pública de su compromiso ante la seguridad y la protección de sus clientes, si bien la realidad resultaba muy distinta.

DIARIO DE UN MERCENARIO

Durante las operaciones de limpieza, en incidentes que se sucederían como el de la Planta 57, los mercenarios brindaban una demostración práctica de la efectividad de las armas biológicas; combatientes de carne y hueso que tenían la última palabra frente a los análisis informáticos y la estadística. Los Supervisores se encargaban de recoger estos valiosos datos de combate, que luego servían para acelerar, modificar o cancelar las investigaciones; su obtención era clave en el desarrollo de futuras B.O.W. Aunque era un trabajo arriesgado, la recompensa era tan ostentosa que hacía merecer la pena enviar a todo un pelotón U.B.C.S. a una muerte segura con tal de reunir los datos de combate. Así es que Nicholai, "Zorro Gris", no dudó en aceptar la oferta del camarada Sergei. Era un trabajo hecho a su medida.



Pero no eran los mercenarios del U.B.C.S. los únicos en cerrar las filas del ejército privado. Además de sus mercenarios, Umbrella tenía sus propios soldados para hacer frente a las amenazas biológicas que desencadenaban sus actividades. Actuaban paralelamente al U.B.C.S., pero siempre desde las sombras, con cometidos más semejantes al de los agentes de Monitor. Eran el Servicio de Seguridad de Umbrella (U.S.S., Umbrella Security Service), su unidad de fuerzas especiales. Recibían entrenamiento anti-B.O.W. específico y se encargaban de toda índole de misiones de alto secreto, desde el transporte de una cápsula B.O.W. a la recuperación de una muestra o la escolta o asesinato de un personaje determinado. Una muestra de sus acciones fue el encubrimiento y consecuente matanza en el pueblo monopolizado por la Planta 57. A diferencia del U.B.C.S., que realizaba misiones más visibles como el rescate de civiles, el U.S.S. tenía un reducido número de efectivos, repartidos en equipos y divisiones, y sólo respondía a los oficiales de más alto rango de la corporación.



MENSAJE

En este mismo año, cinco depués de las muertes de Sir Alexander y Alexia, Sir Alfred Ashford, último superviviente y cabeza del linaje, se graduó en una universidad inglesa y ocupó el lugar que por su apellido le correspondía en la cadena de mando de la corporación. Además de concedérsele la supervisión de la Base Antártica que construyó su padre, fue asignado como comandante en una isla de los mares del sur, a varias leguas de la costa chilena: la isla Rockfort. Más que un mérito, fue un confinamiento que agravó la inestabilidad mental de la que ya era víctima desde pequeño. Tiempo atrás, aquella isla había sido violentamente desposeída de sus pobladores indígenas por Umbrella, de cuya presencia tan sólo quedó como siniestro testigo una cripta subterránea en la pared de uno de los acantilados. Asfixiado por la soledad, el joven Alfred pronto hizo de Rockfort su feudo personal. Erigió un palacio para comandar la isla y su primer mandato fue la construcción de una prisión donde trasladar desde ultramar a los saboteadores potenciales y traidores a los fines de la corporación, con el oscuro objeto de emplearlos como cobayas en el laboratorio de investigación que también alojaban las instalaciones. Poco después, a finales de año, terminó la importante construcción de un centro de entrenamiento militar; importante porque dotaría a Rockfort de su principal función, adiestrar a las escuadras anti-B.O.W. que compondrían el U.S.S. Aislado en su baluarte, Alfred se alejó progresivamente de la realidad para crear la suya propia, donde lo único que importaba era cumplir su labor como guardián de su difunta hermana, la reina.

MEMORÁNDUM DE ALFRED

En un punto posiblemente tardío de la década de los '90, Umbrella comenzó a desarrollar un proyecto de tropas genéticamente modificadas, basado en los datos de combate de sus unidades paramilitares. Mediante un proceso abaratado de clonación y el uso inhibido del virus T, se crearon las primeras B.O.W. anti-B.O.W., híbridos humanoides capaces de retener la inteligencia suficiente para seguir órdenes, manejar subfusiles y realizar ataques coordinados. Estas tropas artificiales, logro de la ingeniería genética, dieron forma a la misteriosa Unidad Limpiadora de Umbrella (U.T., Umbrella Trashsweepers), bajo las órdenes de un comandante de las fuerzas especiales. Sólo era desplegada en casos de estallido de nivel A -el máximo nivel-, con el propósito de borrar cualquier prueba  y desaparecer sin dejar rastro, como una sombra en la noche. Su génesis permanece en el más absoluto secreto.


Jan 9, 2010

5. Restos de un experimento enfermizo

1991
Los Tyrants son mis hermanos. Mis hermanos y yo 
daremos pie a una nueva era para toda la humanidad.
Sergei Vladimir

Fuera de las húmedas y frías paredes del laboratorio de Arklay, fuertes cambios agitaban el mundo. Era el año 1991; el antiguo bloque soviético se desmoronaba en silencio, sin remedio, y muchos hijos de la Madre Rusia quedaron huérfanos y faltos de propósito. Tal fue el caso del ex-coronel Sergei Vladimir y sus hombres del Ejército Rojo, a quien azares desconocidos quisieron poner por esas fechas en contacto con Umbrella. Les fue ofrecido un nuevo lugar y una nueva vida, a cambio de su lealtad para formar filas bajo el paraguas de la corporación; no sin pesar, y como en el caso de tantos otros militares de la disgregada Unión Soviética, se vieron en la tesitura de venderse al capitalismo. El creciente terrorismo corporativo del que estaba siendo objeto Umbrella había llevado a la necesidad de engrosar sus fuerzas paramilitares, y ésta era la ocasión idónea para hacerlo a bajo coste. Pero el alistamiento trajo además un hallazgo del todo inesperado.



A partir de su ficha médica, se comprobó que el coronel Vladimir apuntaba a ser uno de aquellos extraños casos -de 1 entre 10.000.000- en los que el virus T producía la mutación específica del Tyrant. De ser así, el estudio de su código genético podría ser clave para el programa de desarrollo. El mismo Spencer lo sabía y acudió a Vladimir personalmente para hacerle una oferta: si participaba en el Programa Tyrant y cedía su material genético, él mismo le aseguraría su lugar en la corporación. Vladimir, que de pronto veía en Umbrella una oportunidad para reconstruir su mundo desmoronado, aceptó el ofrecimiento. En los meses siguientes se sometió por completo a la voluntad de los investigadores y, gracias a la avanzada tecnología adquirida, se produjeron diez clones suyos, que servirían de base para una futura producción en masa e impulsarían de forma definitiva el Programa Tyrant.



Tras el éxito conseguido con el modelo Tyrant 002 (T-002), los investigadores de Arklay decidieron ir un paso más adelante. En los laboratorios de Europa seguían trabajando en el Proyecto Némesis, perfeccionando la simbiosis entre parásito y huésped como solución al problema del control sobre el Tyrant. Basándose en la misma premisa, en Arklay se planteó un diseño alternativo. En vez de utilizar un organismo parasitario inestable -como había demostrado ser Némesis-, aplicarían un remedio más acorde al signo de los tiempos: conexiones de chips a las células cerebrales, con el propósito de que el Tyrant fuera manejado a distancia desde un ordenador de última generación. Se trataba del "Proyecto TALOS.", el Guardián de Creta; la gran ambición de Umbrella. Una idea no desprovista de mérito, pero que aún carecía de la tecnología necesaria. Su desarrollo quedaba, pues, todavía lejos, y el prototipo T-011 "Talos" permaneció durante años rodeado de secreto en los niveles más profundos del laboratorio de la mansión.

PROPUESTA DEL PROYECTO TALOS

Para esas fechas, Albert Wesker había renunciado a su carrera como investigador. Los nuevos proyectos que se trazaban en Arklay sobrepasaban con creces sus capacidades y no le quedó más remedio que abandonar el complejo, aceptando sus propias limitaciones; en su lugar, solicitó se transferido al Departamento de Información de Umbrella, con el objetivo de acercarse lo más posible al fundador, cuya figura e intenciones seguían obsesionándolo. El doctor William Birkin no volvió a trabajar en ninguno de los proyectos relativos a 'T'. Los hallazgos que había realizado en "ella" revolucionarían por completo, no sólo el mercado de las armas biológicas, sino también las vidas de todos ellos. Un nuevo virus se había sintetizado de forma espontánea en el organismo de "ella", a partir de los restos de las distintas cepas que le habían sido suministradas a lo largo de su torturada existencia; desde 'Progenitor' hasta el parásito Némesis. Su potencial, según los estudios de Birkin, era incomporable a nada visto anteriormente, el pináculo de los agentes derivados del virus madre. Y era su creación.



La principal diferencia de este virus con respecto a 'T' y 'Veronica', era su capacidad de reconstruir fisica y genéticamente el organismo infectado sin necesidad de agentes externos. Un virión cualquiera puede mutar por sí mismo en un entorno aislado, pero dentro de un organismo, donde existen inhibidores y toda clase de variantes, las cosas cambian; se necesita una influencia externa como la radiación para provocar mutaciones serias, y aún así, es a través de las generaciones cuando se produce la evolución. Los experimentos en Tyrant demostraban que sólo mediante la exposición a ciertos catalizadores se activaba la capacidad mutagénica del virus T, modificando el cuerpo del infectado; y con todo, los cambios entraban dentro de la estadística. El reciente descubrimiento, en cambio, era capaz de forzar esa evolución sin necesidad de catalizadores, creando una forma de vida enteramente nueva e impredecible sobre el organismo base. 

Dado que estas hipótesis de Birkin sobre el virus se desviaban del concepto original de las armas biológicas, Wesker no esperaba que encontrara luz verde. Sin embargo, en contra de todo pronóstico, Spencer aprobó su plan de investigación. No satisfecho con eso, para que su genial descubridor dispusiera del entorno y el instrumental necesarios, inició la costosa construcción de unos laboratorios subterráneos en los límites de Raccoon City, la tranquila ciudad cerca de la cual, sumergido en los bosques, se encontraba el complejo de Arklay. Aquel movimiento del fundador agitó todavía más a Wesker, incapaz de concebir el nuevo virus como un arma potencial. Spencer tramaba algo más allá de los fines comerciales. No en vano, este proyecto transformaría Umbrella; Birkin lo llamó simplemente 'G'.

OBSERVACIONES


Jan 8, 2010

4. El arma biológica definitiva

~1990
Si tuvieras éxito al producir el arma biológica más poderosa del mundo,
¿cómo la emplearías? ¿Qué harías si estuvieras a cargo?
Albert Wesker

En los años siguientes, el plan de desarrollo de las armas bioorgánicas (B.O.W. en adelante, acrónimo de Bio-Organic Weapons) alcanzó su estadio más significativo. El virus T de Marcus fue probado en animales de toda especie, dando resultados sorprendentes y decepcionantes, en los que se llegaba apreciar desde un incremento desmesurado del tamaño hasta una agresividad o agilidad mayores, o simplemente un deterioro orgánico terminal. En algunas especies apenas se producían cambios; las aves, por ejemplo, servían tan sólo para propagar la infección. En otras, la mutación era esporádica y no seguía un patrón. Las pruebas en humanos infectados con el virus revelaron que, tras síntomas como un incipiente apetito, necrosis y pérdida de consciencia, se originaba lo que los investigadores apodaban "zombie", un muerto en vida carente de inteligencia y guiado por una voraz necesidad de alimento. Superadas estas pruebas, diferentes centros fueron más allá e iniciaron la producción de "B.O.W. multipropósito": híbridos tratados con la ingeniería genética disponible en el momento y la pertinente administración del virus, capaz de reestructurar con éxito las forzadas combinaciones de material genético. Los resultados fueron éxitos parciales, ya que, pese a lograr la estabilidad en los organismos híbridos, no existía posibilidad de controlarlos; tal era el caso del MA-121 "Hunter", una B.O.W. que combinaba ADN reptil con el de distintos depredadores, lo que hacía de ella una criatura violenta y sanguinaria.



INFORME DE PROGRESO DEL MA121

Los experimentos se sucedían, y en última instancia, todos presentaban el mismo problema: un deterioro casi absoluto de la inteligencia y la consecuente incapacidad de retener órdenes. En Arklay, bajo el auspicio de Birkin, se llevó a cabo un proyecto de relevancia mayor en el campo de las armas biológicas: el "Tyrant", una forma de vida programada para combatir, creada a partir de una mutación específica del virus T en un organismo humano. Según estudios, en el 99.9% de los casos la infección del virus T en un ser humano originaba un zombie, mientras que sólo en 1 entre 10.000.000 de individuos se producía la mutación específica. Lograr el éxito en la producción de un Tyrant no era, por tanto, una tarea fácil. Birkin averiguó que la clave radicaba en el factor de la inteligencia, y mediantes repetidas cirugías craneo-encefálicas, logró crear un primer prototipo inestable. Pero el muro seguía en frente; el problema de hallar un sujeto compatible había socavado el proyecto aún antes de que empezara.

EXTRACTO DEL INFORME WESKER SOBRE EL PLAN TYRANT



En el Laboratorio nº6 de Europa, el problema de la retención de inteligencia en las armas biológicas -y particularmente en las de tipo Tyrant- halló solución en un parásito modificado genéticamente y tratado con una medicina líquida especial. Este parásito, mediante implantación directa en la espina dorsal del huésped, servía para reproducir un segundo cerebro que permitiera el almacenaje de órdenes y datos, frente al original deterioriado por la necrosis. Era el principio del "Proyecto Némesis". Gracias a la mediación de Spencer, y a pesar del rotundo desacuerdo de Birkin, Wesker consiguió que una muestra del parásito fuera enviada a los laboratorios de Arklay, a fin de experimentar su uso. El inconveniente que el parásito Némesis había presentado hasta ahora, y que los investigadores de Europa no habían sabido resolver, era que su crecimiento se descontrolaba hasta el punto de acabar con la vida del hospedador. Wesker planeaba encontrar el modo de regularlo para tomar las riendas del Proyecto Némesis y aventajar así a sus competidores en Europa. En un principio, Birkin no mostró ningún interés por el parásito; desdeñaba su uso y estaba convencido, como investigador jefe, de que sus teorías para mejorar la inteligencia de las B.O.W. tendrían mayor futuro. Pero Wesker, al recordarle el punto de inflexión en el que se encontraban, logró convencerlo de la importancia que tenía el experimento. Finalmente, se decidieron a injertar el parásito en un sujeto de prueba de resistencia excepcional: "ella".



"Ella" llevaba en las instalaciones desde 1967. Había sido huésped del virus Progenitor en las pruebas originales y soportado durante más de dos décadas toda clase de ensayos clínicos y cambios en su organismo; su aguante vital era asombroso. Nadie conocía su nombre ni por qué estaba allí. Era un misterio para todos, incluso para Wesker y Birkin. El único que podía saber algo era Spencer, pero rara vez visitaba las instalaciones. En un primer momento, el parásito pareció establecer una simbiosis con la hospedadora, que volvía incluso a mostrar ciertos signos de inteligencia; pero entonces sucedió lo impensable: el parásito se desvaneció al intentar entrar en su cerebro. "Ella" había devorado a Némesis desde dentro. Por más tiempo que la mantuvieron en observación, nadie entendía lo que había ocurrio y acabaron por desistir. El único que no apartó los ojos de "ella" fue el doctor William Birkin; no sólo eso, sino que pareció olvidarse por completo del virus T y del segundo modelo 'Tyrant' que estaban produciendo. Birkin había descubierto algo en "ella", algo nuevo y relevante, algo que todavía no era capaz de nombrar.

CARTA


Jan 7, 2010

3. La conspiración Spencer

1978-1988
Hace diez años, Spencer ordenó mi ejecución...
James Marcus

Umbrella siguió creciendo, multiplicando ramas, sucursales e instalaciones, hasta que por fin, en el año 1978, se produjo un antes y un después. El doctor James Marcus descubrió de la forma más fortuita el virus 'Tyrant' (acortado en 'T'), partiendo de una cepa del virus madre combinada con el ADN de unas sanguijuelas especiales, cultivadas en el laboratorio para la experimentación. Aquel hallazgo pondría fin al problema de la reducida asimilación del virus Progenitor y dispararía la tasa de infección en muy distintos organismos, provocando cambios en su morfología y comportamiento. Era justo lo que Marcus esperaba encontrar. Maravillado con su creación, realizó ensayos en animales de varias familias, llenando un registro de las mutaciones y efectos secundarios en su enfoque para la utilización como armas biológicas, tal y como Spencer solicitaba. Pero muy pronto se tropezó con el primer limitante: la imposibilidad de conducir sus experimentos en seres humanos. Si quería desvelar el verdadero potencial del virus, necesitaba reconducir el cariz de sus pruebas y olvidar toda ética. Esta obsesión, añadida al opresivo seguimiento de sus avances por parte de Spencer, le llevó a codiciar las primeras "cobayas" humanas, y para hacerse con ellas, simplemente se fijó en aquello que tenía más cerca: sus propios subordinados.

DIARIO DE MARCUS

En este tiempo, el propio Spencer empezó a sospechar del comportamiento errático de su colega y envió agentes a su entorno para espiarle y tratar de sustraer las muestras del virus T que había desarrollado. Todos fracasaron y acabaron tomando parte involuntaria en los experimentos del doctor, de modo que Spencer trasladó su atención a sus dos hombres de confianza. Eran la mejor herramienta para conseguir el trabajo de Marcus que tanto ansiaba.

DIARIO DE MARCUS

William Birkin y Albert Wesker, esos eran sus nombres; dos jóvenes investigadores con un futuro prometedor que habían ingresado el año anterior en el Centro de Formación bajo la tutela de Marcus. El doctor confiaba en ellos más que en ningún otro de sus discípulos –salvando a Bradon Bailey, que se encontraba en África– así que no les costó trabajo cumplir con el encargo de Spencer, a expensas de su traición. Una vez con 'T' en su poder, Spencer aprovechó para desacreditar a Marcus y apartarlo de los engranajes de Umbrella, clausurando el Centro de Formación del que era director y transfiriendo la investigación del virus a su mansión en el Complejo de Arklay. Pero Marcus, indiferente al cierre, continuó trabajando como un fantasma en los laboratorios bajo la capilla, observando con pasión el comportamiento de sus sanguijuelas, a las que empezaba a llamar de forma delirante "su progenie".

INFORME DE LAS SANGUIJUELAS



RECORTE DE PERIÓDICO

La década de los '80 arrancó con una noticia inesperada: Alexia Ashford, nieta de Sir Edward, se había graduado como universitaria con tan sólo diez años y había sido asignada a un puesto de relevancia en las instalaciones de la Antártida, convirtiéndose así en la investigadora más joven de Umbrella. Esta noticia desató unos celos corrosivos en William Birkin, que había ostentado ese título al haber ingresado con tan sólo dieciséis años, y le arrastró a una época depresiva de improductividad a pesar de su brillantez. Por si no fuera poco, la enigmática Alexia realizó en 1981 un hallazgo sorprendente durante el estudio de unas hormigas; se trataba de un virus arcaico alojado en su organismo, con el cual, sintetizándolo junto con el virus madre y una recombinación de ADN vegetal, dio como resultado el mayor logro de su brevísima carrera: el virus 'T-Veronica' (o simplemente 'Veronica'), bautizado así en honor a su ilustre antepasada. Alexander quedó sumamente complacido al presenciar el éxito de su proyecto y no dudó en financiar la investigación. 

INFORME DE LA INVESTIGACIÓN SOBRE LA HORMIGA REINA

Sin embargo, al cabo de un año, su satisfacción fue sustituida por un creciente temor acerca de las intenciones de Alexia; leyendo sus reflexiones sobre el proyecto, descubrió que pretendía liberar el virus Veronica una vez completo, a fin de convertir el mundo en su propio ecosistema, un hormiguero gigante donde ella se alzaría como reina. A pesar de la cautivación que seguía sintiendo por su hija, Alexander comprendió que había creado un ser megalómano y egoísta, a quien no le preocupaba en absoluto el nombre de su familia; movido por la decepción, decidió desarrollar un sistema de contención en la base de la Antártida con el objeto de evitar que sus deseos se cumplieran y el virus pudiera expandirse. Al mismo tiempo que él se ocupaba de esto, su hijo Alfred destapó por accidente la verdad sobre su nacimiento y el Proyecto "CÓDIGO: Veronica", y no tardó en contárselo a Alexia.

DIARIO DE ALFRED

El profundo odio de los gemelos hacia su padre les animó a utilizarlo como primer sujeto de pruebas del virus Veronica, y Alexander, cogido por sorpresa, pasó a ser un experimento de sus propios experimentos. Pero Alexia estaba insatisfecha con los efectos que el virus había provocado en su creador, de modo que continuó con la investigación día y noche, hasta que dio con la raíz del problema: el virus necesitaba un ritmo muy lento de adaptación al metabolismo, y para ello, el sujeto debía ser sometido a temperaturas ultrabajas. Sólo le quedaba hacer una comprobación de su teoría y 'T-Veronica' estaría del todo desarrollado; para desgracia de su hermano gemelo, que era todo cuanto tenía, Alexia experimentó en sí misma, criogenizándose durante quince años en un proceso de dudosa fiabilidad. Oficialmente, se la consideró muerta; y Birkin recuperó la confianza en sí mismo.

DIARIO DE ALFRED



Entonces le llegó el turno a Albert Wesker. Una ansiedad creciente en su interior le había llevado a preguntarse el rumbo que estaban tomando Umbrella y su carrera en la compañía. Por un lado, sus dotes como investigador habían quedado ensombrecidas por las virtuosas dotes de Birkin y no sentía que fuera a ser capaz de avanzar al ritmo que llevaba la investigación. Por otro lado, la figura de Spencer, omnipresente y esquiva, rondaba de continuo su cabeza y le empujaba a querer saber más sobre sus verdaderas intenciones. Estudiando los efectos de la exposición secundaria del virus T –capaz de ser transmitido a una enorme variedad de seres vivos–, Wesker comprendió que el entorno del bosque de Raccoon, donde se había construido la mansión, era el más inadecuado para conducir una investigación sobre un agente vírico tan incontrolable y mutagénico. El riesgo de un estallido era demasiado elevado, y dado el carácter de sus mutaciones, de no haber una contención inmediata podría desencadenar una pandemia. Además, el gasto que suponía el perfeccionamiento del virus de modo que infectase en el 100% de los casos, como Spencer solicitaba, era absurdo y no respondía a una estrategia de mercado, que era, en teoría, el fin último de Umbrella. Todas estas dudas, que le provocaban verdadera ansiedad, no hacían sino empujarle en dirección del fundador, que frente a sus ojos se desvanecía como un espejismo en el desierto.



Umbrella, en estos años, inauguró sus sedes de Tokyo, Chicago y París, se asoció con muchas empresas y absorbió a otras tantas. Sus productos se vendían en todas las farmacias y era la marca preferida en los botiquines de las casas. Contaba con una política de recursos humanos libre de toda distinción o prejuicio, algo por lo que fue aclamada. Finalmente llegó a hacerse con el mercado y adquirió una posición dominante en el Consorcio Farmacéutico Mundial; se había convertido en una de las entidades corporativas más poderosas, beneficiaria de gobiernos corruptos y con elevados ingresos tanto del mercado famarcéutico como del armamentístico, ambos financiados de forma recíproca. Mientras los accionistas levantaran Umbrella, Spencer podría ocuparse de atar cabos en la sombra.

NOTAS SOBRE LA FUNDACIÓN DE UMBRELLA

James Marcus llevaba una década aislado en su laboratorio del viejo Centro de Formación. Tan obsesionado estaba con "su progenie" que había olvidado todo lo demás, incluida Umbrella; sólo se dedicaba al estudio de sus sanguijuelas. Marcus era el único fundador con vida junto con Spencer, y aunque había sido una parte indispensable en el plan de desarrollo de las armas biológicas, ahora era por completo prescindible. Spencer recurrió a quienes ya le traicionaron una vez, sus discípulos Albert y William, para perpetrar su eliminación. En 1988, diez años después de la clausura del Centro de Formación, un pelotón de las fuerzas especiales de Umbrella, comandados por Wesker y Birkin, irrumpieron en el laboratorio del doctor James Marcus y lo ejecutaron en el acto. Apenas si tuvo tiempo de ver el rostro de los traidores, Wesker sonriendo, Birkin prometiendo relevarle en su investigación. La decepción más profunda fue lo último que se llevó consigo. Su cadáver fue arrojado a la misma fosa infecta donde él arrojaba a las víctimas de sus experimentos. Este asesinato dejó a Ozwell E. Spencer como único dueño y fundador de Umbrella, y único conocedor del secreto de Sonnentrepe.


Jan 6, 2010

2. CÓDIGO: Veronica

1968-1971

Érase un Rey gentil, pero ingenuo
que a una Reina despreciable desposó .
Amado fue el Rey, mas
no la Reina, a la que siempre se temió.

Ella tenía un secreto, guardado del Rey
de quien para sí misma quería el trono.
Pero el Rey lo ignoraba,
porque a sus ojos,
tan buena era ella como lo era el oro.

Hasta que un día, viniendo el Rey por su corte,
una flecha le atravesó el corazón .
Así perdió la vida,
y la dama a la que amó.


En 1968, poco antes de la fundación de Umbrella, Sir Edward Ashford falleció en circunstancias misteriosas al contraer el virus Progenitor durante un experimento. Le sucedió su hijo, Alexander, como sexto cabeza del linaje de los Ashford, y con él terminó la edad dorada de la familia. Tales días se remontan a la época victoriana, cuando Veronica Ashford trajo con su belleza e inteligencia prodigiosas la gloria y la distinción al apellido Ashford, una familia aristocrática recién llegada al Nuevo Mundo. Pasó por encima de las restricciones de su época por el hecho de ser mujer y se ilustró tanto cuanto quiso, llegando a hablar una decena de lenguas con tan sólo diez años; su gracia en sociedad, lógica en el pensamiento e interés por la ciencia le granjearon seguidores sin el menor esfuerzo y pronto obtuvo descendencia, asegurando así el futuro de la familia. Se sucedieron las generaciones, y en la quinta, Sir Edward, su tataranieto, alcanzó el punto más alto en la fama de una familia que con el tiempo se había hecho sumamente poderosa. El descubrimiento de la flor Sonnentrepe, el virus madre, la fundación de Umbrella... Y entonces, una muerte repentina, que dejó a Alexander, su hijo, solo para mantener las riendas de la dinastía.



En una sola generación, sobrevino la ruina para los Ashford. La competencia en el campo de la investigación del virus sometió a Alexander a una presión constante, y a pesar de ser un científico especializado en la genética, no supo dar la talla. La muerte de Edward había sido un golpe duro y fue incapaz de seguir el ritmo, de modo que tuvo que vender las acciones de su padre sobre la compañía al rival de su familia, Lord Spencer.

MEMORÁNDUM DE ALEXANDER

En adelante, y aunque los Ashford siguieran ejerciendo cierto poder en Umbrella, la multinacional quedaría casi por entero en manos del aristócrata y su consejo ejecutivo. Spencer, por su parte, continuó con sus proyectos de expansión y levantó el siguiente instituto a pocas millas de la mansión en Arklay; se trataba de un Centro de Formación para futuros directivos de la compañía, al cargo del cual decidió poner a su amigo, el doctor James Marcus. Pero éste no vio con buenos ojos que le retuviese por la fuerza de su trabajo, que le exigía volver a África para recoger nuevas muestras de Sonnentrepe, ya que habían descubierto que no se podía cultivar fuera de su recinto natural en el Jardín del Sol. A Marcus, como virólogo, sólo le preocupaba el trabajo de campo, mientras que Spencer tenía las miras fijas en su compañía. La relación entre ambos se deterioró a partir de este momento.

DIARIO DEL INVESTIGADOR JEFE BRANDON

En efecto, Marcus conocía la ambición de Spencer; sabía que, con los Ashford fuera de juego, ansiaba hacerse con el control total sobre Umbrella y la investigación del virus, y que, tarde o temprano, acabaría por excluirle. Brandon Bailey, su más aventajado discípulo, que había tomado parte en el descubrimiento original, se quedó como director de la instalación de África –finalizada un año más tarde, en 1969– y su repulsa común por Spencer los mantuvo en constante cooperación. Gracias a las muestras que Bailey le hacía llegar, Marcus aceleró su investigación del virus, y al ritmo que Umbrella crecía, iba pensando en asegurar su posición dentro de la compañía.



Mientras tanto, en el otro hemisferio, Alexander Ashford completó la secreta construcción de unas instalaciones en una vieja mina que poseía en la Antártida y dio comienzo a lo que, esperaba, devolvería a su familia la gloria arrebatada: el proyecto "CÓDIGO: Veronica".

MEMORÁNDUM DE ALEXANDER

La idea le vino tras años de trabajo en el campo de la genética y conseguir lo que ningún otro genetista del momento: identificar el elemento hereditario que transmitía la inteligencia. En esencia, su ambicioso plan consistía en revivir a la matriarca de su linaje, Veronica Ashford, a través de un vástago prediseñado. Se valió de la momia de Veronica -sepultada en su residencia europea- para extraer la muestra de un gen suyo y manipular el valor absoluto relativo a la inteligencia, y luego de utilizar su propio esperma, lo implantó en el óvulo fertilizado de una madre de alquiler. Dos años más tarde, en 1971, su retorcido proyecto demostró ser un acierto; pero lo que no esperaba era que nacieran gemelos, un niño y una niña. Mientras el niño, aún siendo poseedor de una inteligencia superior a la media, no cumplía con los requisitos, la niña era justamente lo que esperaba: una reproducción fiel de la genialidad de su antepasado. En adelante, toda su confianza la depositaría en ella, de quien esperaba cautivado que elevara el nombre de los Ashford como en tiempos de Sir Edward. Al niño lo llamó Alfred, y a la niña, Alexia.

INFORME "CLAVE: VERONICA"